Una etapa importante en la vida de un niño es cuando comienzan a caerse sus dientes, esto es aproximadamente a los 6 años de edad donde se comienzan a aflojar y a aparecer los dientes permanentes.
Los niños cuentan con 20 piezas temporales que se cambiarán con el paso del tiempo, cuando comienza este proceso los dientes temporales (de leche) comienzan a moverse; a medida que los definitivos empiezan a salir, presionan y desgastan las raíces de los de leche, lo que provoca que se muevan y posteriormente se desprendan.
Normalmente, los pequeños se emocionan con esta etapa por el cuento del hada de los dientes y los primeros en moverse son los dientes frontales inferiores y los superiores. Cuando esta etapa comienza es importante, aumentar el cuidado dental y se debe:
- Cepillar los dientes por lo menos dos veces al día.
- Sigue una dieta saludable; limita los refrigerios entre comidas.
- Programa visitas regulares al dentista para tu hijo.
Los nuevos dientes
Los dientes permanentes son más grandes y no siempre tienen espacio suficiente, por ello salen por los huecos de los que disponen. En ocasiones salen torcidos y normalmente se van modificando por sí solos. Aunque en ocasiones el diente permanente erupciona a lado del de leche lo que provoca dos filas, esta situación es más común en los incisivos, pero tranquila/o si esto le sucede a tu pequeño, debes llevarlo a su cita con un odontopediatra y ahí se realizará el procedimiento para anticipar la caída del diente temporal.
Aunque todo este proceso se da en los pequeños de manera natural, lo recomendable es acudir a un experto para que supervise el avance y evitar algún inconveniente.
Un odontopediatra, como la Dra. Carolina López, te brindará las soluciones adecuadas, asesoramiento y consejos tanto a los pequeños como a los padres ante cualquier situación presentada.
Y recuerda que un buen cuidado endobucal desde el nacimiento del bebé puede prevenir enfermedades futuras, y además, crearás un hábito sano en ellos.
